Los niños y adolescentes no son una excepción para los Trastornos de Ansiedad y Depresión
Cada día son más los que sufren trastornos de ansiedad o depresión. El 40 % de los españoles padecen estas enfermedades y entre el 15 y el 20% de los jóvenes del país tienen que lidiar con este tipo de trastornos. Pero aunque es un tema del que cada vez se habla más, todavía no lo suficiente. Muchas son las personas que sufren esto y no buscan ayuda por temor a ser tratados de locos. Si tú que nos estás leyendo estas pasando por esto no te preocupes, hay gente que te puede ayudar.
La publicación Seventeen ha recogido los testimonios de 8 chicas que sufren ansiedad. Si estás en la misma situación queremos ayudarte a que te abras y si tienes alguien en tu entorno que lo sufre ayúdale en todo lo que puedas. Mira estos testimonios y verás que no estás solo y que buscar ayuda de verdad funciona.
Situación 1. La escuela puede ser un lugar aterrador
“Sufro ansiedad. Mi padre es militar así que nos mudamos cada dos o tres años, estamos siempre de un lado a otro. Desde el principio he tenido este problema de no hablar con la gente hasta que me siento lo suficiente cómoda con ellos, y esto hace que todos piensen que soy una cretina egocéntrica. A veces simplemente intento hablar con la gente y acabo haciendo que las cosas sean horriblemente incómodas. La escuela es un lugar aterrador porque los profesores piensan que soy tímida, y me siguen forzando a hablar delante de todos mis compañeros, y es entonces cuando empiezo a comportarme raro y hacer las cosas aún peores”. Khushi, 15
Situación 2. Y quedar con amigos muy estresante.
“Lo que tiene la ansiedad social es que es un círculo vicioso. Quieres hacer amigos y sociabilizar, pero el estrés y el miedo de ser aburrida o el simple hecho de tener que mantener una conversación con alguien a quien no conoces hacen que te bloquees. Pero perdértelo y ver fotos y Snapchats del evento del otro día solo le da más fuerza a la ansiedad, porque entonces te preocupas por perderte en el desarrollo de las relaciones, así que la próxima quedada será aún más rara e incómoda. Quieres proponer verlos o ir a eventos sociales, pero te da miedo intervenir y que te ignoren o te rechacen. Y te acaban marginando y dejando de lado siempre porque piensan que ‘nunca se apunta a nada’. Y sientes que no de verdad no le gustas a la gente y acaba ganando la ansiedad”. Fabienne, 20
Situación 3. Estar solo tampoco ayuda
“Cuando empecé a desarrollar ansiedad, me sentía excesivamente cohibida en los espacios públicos. Los pensamientos empezaban a correr por mi cabeza y me desorientaba si no podía calmarme. Pronto empecé a experimentar ataques de pánico en el día a día. Mi ansiedad hacía que me diera miedo estar con otros y a veces incluso estar sola, porque estar sola significaba estar a solas con mis pensamientos. Conforme crecí, con la ayuda de un terapeuta, aprendí a lidiar con ello. Todavía tengo malos días, pero ¡ahora sé cómo vivir con ello!” Kloe, 14
Situación 4. Puede hacer que lo dejes todo.
“En 2005 me diagnosticaron una afección estomacal poco común llamada gastroparesis, lo que supone que mis músculos estomacales están básicamente paralizados. Si como determinadas cosas me hincho y tengo náuseas, y empecé a ponerme de los nervios cada vez que iba a comer fuera de casa. Empecé a experimentar fuertes ataques de ansiedad y tenía miedo de tener náuseas en público. Los sentimientos fueron creciendo hasta que dejé la universidad y mi trabajo y me aislé en casa. Desarrollé una fuerte agorafobia y me volví una obsesa sobre las náuseas. Tomaba más cantidad de la medicación anti-náuseas de la que me habían recetado porque estaba aterrorizada. Estaba desesperada. Finalmente, mi madre me arrastró a ver a un psicólogo que me hacía terapia de dos a tres veces a la semana durante algunos meses. Era escéptica sobre la terapia al principio y no quería hablar de lo que estaba pasando en mi vida. Pero aprendí que guardárselo para uno mismo aún lo empeora más. Además, un psiquiatra me recetó algunos medicamentos. Sólo han pasado unos meses y ya estoy haciendo cosas que nunca imaginé que haría. He vuelto a la universidad, me he vuelto a enamorar de la comida, he viajado a horas de mi casa, he escalado montañas y tengo un nuevo trabajo. Aún sufro ansiedad y todavía tengo algunos días difíciles, pero soy más feliz de lo que he sido nunca”. Jessica, 20
Situación 5. Y que te pierdas los mejores momentos de la vida.
“Mi batalla con la ansiedad afecta a todos los aspectos de mi vida y a todo lo que hago. Me pongo extremadamente nerviosa e incómoda cuando estoy con gente nueva y de siempre, constantemente me encuentro sin saber cómo abrirme a los demás o ni siquiera querer hacerlo. La ansiedad me aparta continuamente de participar en actividades como los clubs del colegio o eventos, salir con amigos, pasar tiempo con mi familia o incluso ir a mi clase de zumba. Tener ansiedad me mantiene lejos de tantos momentos maravillosos de la vida que me encantaría simplemente vivir”. Dominique, 19
Situación 6. No debería haber prejuicios.
“Mi madre sufre desorden bipolar, ansiedad, depresión y alcoholismo. Cuando empecé la universidad empecé a tener ataques de pánico y de ansiedad, sobre todo después de las elecciones (estudio ciencias políticas). Como estaba familiarizada con las enfermedades mentales, pude darme cuenta de que la ansiedad que sufría no era terrible y recibí la ayuda que necesitaba. Quiero que la gente entienda que no debe haber prejuicios por sufrir de enfermedades mentales, así estas enfermedades podrían ser abordadas y tratadas”. Emily
Situación 7. La terapia y la medicación pueden ayudar mucho.
“Desarrollé un desorden de ansiedad cuando tenía 14 años. Empecé a sufrir ataques de ansiedad cuando estudiaba para los exámenes de mates. Fui haciendo terapia intermitentemente durante dos años, y hace poco empecé a tomar medicación para la ansiedad que me ha estado ayudando bastante. Me daba miedo tomar medicación porque no quería que me etiquetaran como una loca o que la gente me juzgara por ello. ¡Pero a quién le importa! Mi lucha todavía no ha terminado, pero estoy mucho mejor”. Calista, 16
Situación 8. Quizás debas hacer cambios en tu vida para recuperarte
“Debido a mi desorden de bipolaridad que derivó en ansiedad, y tengo que vivir una vida muy estructurada. Tomo mi medicación por la mañana con el desayuno y no me lo puedo saltar ni un día, apenas bebo, y necesito de 8 a 10 horas de sueño cada noche. Solía pensar que me hacía una persona aburrida en comparación con mi anterior estilo de vida, caracterizado por una gran impulsividad, fiesta, bebiendo alcohol y tomando drogas, pero echando la vista atrás estoy significativamente más sana y feliz por los cambios que he hecho. Mis amigos y familia han sido geniales conmigo en cuanto a mi condición, ofreciéndome apoyo y cariño incondicionales y me siento enormemente afortunada por ello. Lo que también me ha ayudado mucho a lidiar con mi enfermedad, junto con la medicación y la terapia, es hacer ejercicio regularmente; practico yoga diariamente y voy a todos lados caminando, lo que ha reducido mi ansiedad en general y ha debilitado los efectos de mi bipolaridad”. Priya, 22
Fuente: http://www.lavanguardia.com/muyfan/mi-vida-es-asi/20170622/423581699758/ansiedad-adolescentes-jovenes-depresion.html