Como hablar con adolescentes sobre alcohol y drogas

Adolescentes y alcohol

De la misma forma que vacunamos a los niños y adolescentes para evitar que cojan enfermedades peligrosas, también tenemos que “inmunizarlos” frente al consumo de alcohol y otras drogas. Si no están bien informados corren un riesgo mayor de tomarlas.

Dialogar no es solo hablar, sino escuchar, comprender y ponerse en el lugar de otro

¿Cuáles son los medios más adecuados?

La familia y la escuela son los medios más adecuados para educar.

La familia suele ser un modelo a seguir por el niño y adolescente. Es más fácil que un niño comience a beber, a fumar o tomar drogas si sus padres también lo hacen. Se debe aprovechar la convivencia y el ejemplo diario para fomentar hábitos de vida saludable.

La escuela es el lugar donde se encuentra el grupo más grande en riesgo de consumir y donde los niños pasan gran parte del tiempo. La prevención se hace de forma transversal en cada una de las materias escolares y en la normativa del centro. También se desarrollan programas preventivos para escolares y para padres (por ejemplo el programa Moneo) por profesionales preparados.

De todos modos la prevención no acaba aquí. Debe incluir al ámbito sanitario, extraescolar, comunitario y político.

¿Cuándo debemos empezar a hablar sobre drogas?

Debemos comenzar desde las primeras edades. La información dependerá de la edad del niño y del grado de madurez y se hará de forma continua.

  • En los niños muy pequeños bastará con respuestas sencillas a sus preguntas. Por ejemplo: “el alcohol y las drogas son perjudiciales para tu salud”.
  • De los 6 a los 11 años comienza la curiosidad por estas sustancias. Hay que dar información clara y sencilla.
  • A partir de los 11 años existe riesgo de consumo. Hay que abordar el tema con más profundidad.

Si mostramos que estamos dispuestos a hablar del tema y a escuchar lo que ellos tengan que decir, es posible que acudan a nosotros por ayuda en el futuro.

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¿Cómo se debe actuar ante un posible consumo?

Hay que hablar del tema. No actuar a escondidas. Es mejor dejar pasar el primer momento de mayor alteración, angustia, rabia o enfado. Buscando un momento tranquilo y relajado.

Lo primero es conocer las razones que lo han llevado a tomarlas, y averiguar de qué tipo de consumo se trata.

Si ha sido sólo un hecho puntual:

  • Tratar de no dramatizar. El que haya probado drogas es un hecho habitual en adolescentes. No significa que sea un adicto.
  • El haber tenido una experiencia con las drogas puede ser positiva si saben sacan conclusiones negativas de la misma.
  • Comprobar que al menos conoce los riesgos que corre y aquello que debería evitar si las toma.
  • Reforzar las conductas positivas del joven y su vinculación a grupos no consumidores y con el centro escolar.
  • Establecer normas morales y de convivencia, que habrá que mantener y cumplir.
  • Evitar castigos.
  • No perder la confianza en él.

Si se trata de un problema más importante hay que buscar la ayuda de un profesional. Los profesionales sanitarios y los Equipos de Orientación de los colegios ayudarán a determinar las pautas a seguir.

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